Antonella Ríos revela por qué no volvería a un reality
Antonella Ríos revela por qué no volvería a un reality tras Palabra de Honor: “Fue Atroz”
Una participación tranquila pero difícil
Si bien Antonella Ríos no fue una de las participantes más polémicas de Palabra de Honor, su paso por el reality fue uno que le dejó varias enseñanzas sobre sí misma y sobre la dinámica de los programas de televisión. Durante su estadía, la actriz no protagonizó grandes enfrentamientos ni disputas con sus compañeros, lo que la hizo sobresalir por su actitud conciliadora y comprensiva. Sin embargo, fue precisamente este enfoque el que, según ella, no la hizo destacar en un mundo donde las peleas, las competencias intensas y los conflictos son fundamentales para alcanzar el éxito.
En su entrevista, Antonella explicó que el formato de los realities exige de los participantes tres características esenciales: pelear, competir bien y generar conflictos con otros. Al ser consultada sobre su desempeño en esas áreas, la actriz no tuvo reparos en admitir que, aunque intentó competir lo mejor posible, no fue conflictiva ni se inclinó por crear drama innecesario.
Competir no fue suficiente: "No soy conflictiva"
"El reality show es un formato donde uno tiene que hacer tres grandes cosas: pelear, competir bien o agarrarse a alguien", comenzó explicando Antonella, dejando claro que el panorama que se presenta dentro de un encierro televisado no es tan simple como se podría pensar. La actriz reconoció que competir fue lo que mejor pudo hacer en el programa, pero que no estuvo a la altura de otros participantes más jóvenes o ágiles que destacaron en pruebas físicas o en las dinámicas más competitivas.
Sin embargo, lo que realmente la hizo sentir incómoda fue la exigencia de generar conflictos. Antonella subrayó que no tiene una personalidad conflictiva y que siempre prefiere tratar de conciliar situaciones y comprender a los demás, especialmente a los más jóvenes con quienes empatizaba por su inmadurez. "Competir, hice lo que pude. Veía que había gente muy ágil y yo estaba apenas. Y en generar conflictos fue mi punto débil, porque no soy conflictiva, soy una persona que trata de conciliar, comprender", explicó, dejando claro que su naturaleza no estaba alineada con lo que el formato requería para sobresalir.
La “carrera” dentro de los realities y la planificación de los conflictos
Uno de los aspectos que más sorprendió a los fanáticos y a los seguidores de la entrevista fue la reflexión de Antonella Ríos sobre la industria de los realities. Según la actriz, en el mundo de los reality shows existe una “carrera” en la que algunos participantes se dedican a hacer múltiples programas y han desarrollado una serie de patrones de comportamiento, casi como si tuvieran una “estrategia guionizada” para lograr mantenerse en competencia y llegar hasta el final.
"Me di cuenta de que hay una carrera para hacer realities. Hay gente que se mete a muchos y hay una manera, un patrón de comportamiento, no es así como al ojo, es como que planean, cual guionista", explicó, evidenciando cómo algunas personas están tan inmersas en el juego de la fama que buscan protagonizar conflictos y generar drama, todo con el fin de asegurar su permanencia y visibilidad en el programa. Para Antonella, este tipo de enfoque no solo es artificial, sino que va en contra de sus principios y su forma de ver las relaciones humanas, lo que la hizo sentir aún más ajena a la dinámica de los reality shows.
Un límite claro: la desconexión y la falta de propósito
La participación en un reality, con el encierro y la desconexión del mundo exterior, fue algo que Antonella definió como “atroz”. La actriz, quien estuvo tres semanas incomunicada con el mundo exterior, reconoció que fue una experiencia dura que le permitió conocerse mejor a sí misma, pero que no la repetiría. La sensación de estar alejada de su vida cotidiana y de su familia fue algo que le resultó sumamente difícil de manejar.
“Estuve en total tres semanas incomunicada, atroz. Fue una buena experiencia porque aprendí mucho de mí. Pero no lo haría de nuevo”, confesó, mostrando que, aunque el programa le dejó enseñanzas importantes, el costo emocional de la desconexión y el aislamiento fue muy alto. Esta experiencia la hizo reconsiderar el tipo de vida y los sacrificios que implican participar en estos programas, especialmente cuando el propósito parece estar más relacionado con la estrategia y el espectáculo que con una verdadera experiencia personal o de crecimiento.