José Antonio Neme enciende el debate
José Antonio Neme enciende el debate y cuestiona a la derecha chilena
En un país donde las heridas de la dictadura aún no terminan de cerrar, las declaraciones del periodista José Antonio Neme han vuelto a remover las aguas de la memoria histórica y el debate político. En el más reciente episodio del podcast "Por qué tenía que decirlo", que conduce junto a Julio César Rodríguez, el animador de Mega fue enfático al criticar la tibieza con la que ciertos sectores de la derecha chilena han abordado el legado de Augusto Pinochet.
Lejos de evadir el tema, Neme abordó de frente el rol del exdictador y la forma en que ha sido tratado históricamente por quienes durante décadas respaldaron su régimen. “Pinochet era un asesino”, sentenció con convicción, agregando que su postura no responde a una militancia política, sino a un ejercicio básico de razón y ética. "Yo no estoy marcando una posición, yo no hablo desde un activismo político, pero entremos en razón, por favor", insistió, dejando claro que su mirada apunta a un análisis crítico desde la conciencia histórica y no desde la trinchera partidista.
El Caso Riggs como punto de quiebre
Uno de los puntos más llamativos de su reflexión fue cuando cuestionó el momento en que la derecha chilena comenzó a distanciarse del general. Según Neme, la verdadera ruptura no ocurrió por las violaciones sistemáticas a los derechos humanos ni por los crímenes cometidos durante los 17 años de dictadura, sino recién cuando se destapó el escándalo del Caso Riggs, que reveló cuentas millonarias no declaradas de Pinochet en bancos del extranjero.
"La sociedad chilena está muchas veces trastocada", dijo el periodista, visiblemente molesto. Y agregó: “¿Cuándo la derecha chilena comienza a mirar con cierto recelo a la figura de Pinochet? Con el Caso Riggs, amigo mío, cuando aparecieron las platas”. De esta forma, Neme plantea que fue el descubrimiento de corrupción lo que generó un verdadero quiebre dentro del sector, y no las torturas, las desapariciones forzadas o las ejecuciones extrajudiciales.
“Porque hasta el Caso Riggs, la violación de Derechos Humanos, la operación retiro de televisores, la economía de dos cuerpos en una misma tumba, no había resonado. ¿Cuándo comienza a haber una mirada de ‘chucha’? Cuando parece que el viejo robó, y ahí empieza la incomodidad estructural de la derecha con Pinochet”, remarcó el periodista.
La polémica declaración de Evelyn Matthei
Las declaraciones de Neme surgen en un contexto especialmente sensible, luego de que la alcaldesa de Providencia y excandidata presidencial, Evelyn Matthei, señalara que los crímenes cometidos durante la dictadura eran “inevitables”. Esta afirmación no solo generó rechazo en distintos sectores, sino que reabrió un debate histórico sobre la relativización de las violaciones a los derechos humanos y la impunidad con la que, hasta hoy, muchos actores políticos tratan este capítulo oscuro del país.
Para Neme, es inadmisible que aún se priorice el escándalo financiero por sobre los crímenes de lesa humanidad. En este sentido, criticó también la cobertura mediática que se le dio a la noticia de que Pinochet habría fingido demencia para evitar su extradición, por sobre otro hallazgo mucho más grave: la aparición de un documento firmado por él que autorizaba directamente la tristemente célebre Caravana de la Muerte, una operación militar que recorrió el país ejecutando prisioneros políticos tras el golpe de Estado de 1973.
Una crítica a la memoria selectiva
El comunicador no ahorró palabras para cuestionar la memoria selectiva que, a su juicio, persiste en parte importante de la sociedad chilena. Su intervención apunta a una reflexión más profunda: ¿por qué sigue siendo tan difícil en Chile asumir las responsabilidades históricas? ¿Por qué se siguen relativizando los horrores del pasado, mientras se normalizan discursos que los justifican?
José Antonio Neme se suma así a una generación de voces que, desde el periodismo, la cultura y la sociedad civil, exigen una revisión honesta y sin ambigüedades del legado de la dictadura. Su testimonio no busca polarizar, sino invitar a pensar. Porque, como él mismo lo dijo, no se trata de activismo político, sino de sentido común y justicia histórica.
¿Estamos listos para un debate real?
Las declaraciones de Neme no pasarán desapercibidas, especialmente entre quienes siguen aferrados a una visión edulcorada del régimen militar. Sin embargo, su valentía para decir lo que muchos callan podría ser un paso más hacia una sociedad que, lejos de olvidar, se atreve a recordar con responsabilidad.
La historia no se borra, y el pasado no puede reescribirse con eufemismos. Si Chile quiere construir un futuro realmente democrático, necesita enfrentar su verdad completa —aunque duela—. Porque como dijo Neme: “Entremos en razón, por favor”.