María Luisa Godoy emociona a sus seguidores con tierno video
María Luisa Godoy emociona a sus seguidores con tierno video junto a su hijo con síndrome de Down: "Quizás no les sobra un cromosoma… quizás a nosotros nos falta uno"
Acostados los tres en una cama, entre risas, juegos y mucho cariño, se puede ver la conexión pura que une a esta madre con sus pequeños. Domingo, su hijo menor, quien tiene síndrome de Down, se roba la atención del video no solo por su dulzura, sino por el mensaje que su madre decidió compartir junto a estas imágenes: una profunda reflexión sobre el amor, la empatía y el verdadero significado de la inteligencia emocional.
"Una forma de amar más pura"
El post incluyó también otro clip donde los hermanos juegan al popular “¿Qué hay debajo del vaso?”. En medio del juego, uno de los niños al descubrir un dulce, se da cuenta de que su hermano no obtuvo nada y sin pensarlo dos veces, decide compartirlo. Un gesto sencillo, pero poderoso, que María Luisa destacó con la frase: “Hablemos de lo superdotados en inteligencia emocional”.
Con estas palabras, la animadora abrió su corazón para contar cómo vivió el proceso de enterarse de que Domingo podría tener síndrome de Down. Lejos de sentirse abrumada por el miedo o la incertidumbre, optó por informarse, aprender y prepararse emocionalmente para recibir a su hijo de la mejor manera posible.
"Me acuerdo cuando estaba embarazada y supe que existía la posibilidad de que Domingo tuviera síndrome de Down. En ese momento me puse a leer, investigar, mirar charlas… Quería entender, conocer, prepararme", reveló.
Pero fue durante una charla con un psiquiatra cuando todo cobró un nuevo sentido para ella.
"No les sobra un cromosoma, a nosotros nos falta uno"
En dicha charla, el especialista mostró dos gráficas: una sobre el coeficiente intelectual y otra sobre la inteligencia emocional. Mientras en la primera las personas con síndrome de Down aparecían en el extremo inferior, en la segunda estaban en la cúspide.
"Fue profundamente revelador", expresó Godoy. "Lo encontré hermoso y, sobre todo, lleno de sentido. Desde entonces no puedo evitar pensar: ¿y si no es que a ellos les sobra un cromosoma, sino que a nosotros nos falta uno? Sobre todo cuando veo cómo está el mundo hoy… quizás lo que más necesitamos es justamente lo que ellos traen: una forma de amar más pura, una empatía desbordante, una alegría sin filtros", reflexionó.
El poder de las emociones en el mundo moderno
La reflexión de María Luisa llega en un momento donde la sociedad parece haber olvidado lo esencial: la conexión humana, la compasión y el amor sin condiciones. En un entorno donde muchas veces se valoran más los logros materiales o académicos, la animadora resalta que el verdadero valor está en cómo sentimos, cómo cuidamos al otro y cómo nos relacionamos desde lo más genuino de nuestro ser.
El testimonio de María Luisa no solo visibiliza una realidad que muchas familias viven en silencio, sino que también reivindica el enorme valor que tienen las personas con discapacidad intelectual en un mundo que necesita, más que nunca, una dosis de amor verdadero.
Una comunidad conmovida
Las redes no tardaron en reaccionar. Cientos de mensajes de apoyo, agradecimiento y emoción inundaron su publicación. Padres, madres, educadores y personas comunes compartieron sus propias historias, creando una cadena de empatía y comprensión en torno al tema del síndrome de Down.
"Gracias por tu mensaje, María Luisa. Mi hija también tiene síndrome de Down y cada día me enseña a ver la vida con otros ojos", comentó una usuaria. "Qué necesario es visibilizar el verdadero don que tienen estas personas", agregó otro.
Una lección para todos
En un medio donde muchas veces las noticias de farándula giran en torno a escándalos o polémicas, María Luisa Godoy nos regala una bocanada de aire fresco, recordándonos que las historias más poderosas son aquellas que hablan desde el corazón.
Con su testimonio, la animadora no solo enternece, sino que educa, inspira y motiva a ver la diversidad desde una perspectiva enriquecedora. En un mundo que constantemente exige productividad y resultados, ella nos invita a detenernos y valorar la ternura, la empatía y la capacidad de amar sin condiciones.
Porque, tal como ella lo dijo, tal vez no sea que a su hijo le sobra un cromosoma… Tal vez, solo tal vez, a nosotros nos falta uno.